
Para entender el contexto de esta historia, tenemos que irnos hasta el año 1988. Sí, es el mismo año en el que José Luis Rodríguez dijo la famosa frase “Hay que escuchar la voz del pueblo”.
Fue ese año en que la cantante peruana Marcela Sánchez fue descalificada de la competencia internacional del Festival de Viña del Mar por ser acusada de plagio.
Pero según la prensa, en realidad habría sido eliminada por el temor del régimen a que el coro que repetía la palabra “no” se volviera una forma de protesta en contra de Pinochet.
¿Fue plagio o no?
A pocas horas antes del inicio del Festival, se le notificó a la representante de Perú que ya no podría participar en la competencia internacional con su canción “No vas a hacerme el amor”, ya que su canción fue considerada un plagio.
Algo que la artista y sus músicos negaron. Aunque ese fue el argumento usado por la organización de ese entonces, la prensa lo vio como un acto de censura en plena dictadura o previo al Plebiscito del 5 de octubre de ese año, que definiría la continuidad de Augusto Pinochet en el poder.
A pesar de que la cantante no pudo participar en la competencia, no pasó desapercibida. El mismo escándalo la llevó a ser coronada como la Reina del Festival, en un acto de protesta por parte de los medios de comunicación.