
Como es costumbre para las reinas del Festival de Viña del Mar, el piscinazo es uno de los momentos más esperados luego de la coronación y es que siempre esperamos ver cómo la reina elegida nos sorprenderá con su vestuario. Pero el piscinazo no siempre existió.
En 1979 se eligió a la primera Reina del Festival de Viña del Mar: María Graciela Gómez fue la candidata elegida por la producción del festival, luego de ser presentadora junto a Antonio Vodanovic por tres años consecutivos. Pero su coronación no contó con una gran producción y menos con un piscinazo.
Luego, y con el paso de los años, en 1982 la cantante italiana Raffaella Carrá fue la primera reina elegida y con una coronación como corresponde. A sus 39 años, la artista fue la que le dio inicio a la elección de una reina por año. Sin embargo, el primer piscinazo llegó recién en 2001 con el nombramiento de la cantante y actriz uruguaya Natalia Oreiro. La intérprete de “Tu veneno” se presentó en esa edición del festival y, además, fue jurado de la competencia, por lo que su participación y trayectoria la hicieron ser elegida como la reina del Festival de Viña del Mar de ese año.
Como era de costumbre, la reina elegida era fotografiada en el Hotel O’Higgins. Natalia Oreiro, que en ese momento vestía un traje de dos piezas color lila y su corona, inesperadamente saltó a la piscina, dándole inicio a lo que hasta hoy conocemos como el piscinazo de las reinas del Festival de Viña del Mar.