
José Luis Rodríguez tiene una historia cercana con el Festival de Viña del Mar, sobre todo porque es el creador de una de las frases más recordadas en la historia del certamen.
Para entender esta historia, tenemos que ir a unos 30 años atrás, específicamente el año 1988, cuando protagonizó uno de los momentos más complicados en el Festival.
Era su tercera vez en la Quinta Vergara y es que su presencia siempre había sido bien recibida por el público y esta no era la excepción. Pero su show generó tensión en más de alguien del público.
Ese año el Puma tenía doble presentación en el Festival de Viña del Mar: la primera fue el domingo 21 de febrero. Su show duró 45 minutos y fue todo un éxito, por lo que se llevó antorcha de plata.
Su segundo show fue el lunes 22 de febrero, siendo este el último día del Festival. Tras sus 45 minutos en el escenario, ya había conseguido una segunda antorcha.
Pero el ambiente empezó a cambiar cuando el “Monstruo” empezó a exigir una gaviota para el venezolano; lo cual no se podía hacer porque las gaviotas eran los premios designados a aquellas personas que ganaran la competencia folclórica e internacional.
Según los medios de la época, tras la exigencia de la gente por el premio mayor, el Puma paró de cantar por unos 15 minutos, escuchando las exigencias de la gente, poniendo en aprietos a Antonio Vodanovic y a las autoridades vinculadas al espectáculo.
Fue así como en plena transmisión en vivo, el conductor bajó del escenario y se dirigió a la alcaldesa de ese entonces, para ver qué decisión tomarían al respecto.
A pesar de que Vodanovic y las autoridades del evento no querían entregarle la gaviota, un antecedente que los obligaría a darle este reconocimiento: Y es que hace dos noches le habían entregado el premio a Gloria Benavides.
Entre los gritos del público y a la espera de las respuestas de las autoridades, el Puma silenció a su orquesta y dijo su tan recordada frase: “A veces hay que escuchar la voz del pueblo”. En el contexto político en que se encontraba Chile, su frase tuvo más repercusión que dentro de la Quinta Vergara.
Finalmente, al cantante se le hizo entrega de la gaviota y se la entregó la alcaldesa de ese entonces. A pesar de todo esto, cuando el Puma se fue del país, no se llevó la polémica gaviota.
¿La razón? Como no estaba presupuestado entregarle el galardón a los artistas que se presentaron en el evento, no había una gaviota para entregarle. Por esto, meses más tarde, la organización le envió el premio hasta su casa.